La tensión en el aire era densa, como si el tiempo mismo se hubiera detenido. Javier observaba los documentos con una concentración casi inhumana, buscando entre las líneas de las pruebas que Helena había traído una manera de utilizar toda esa información en su beneficio. La traición de su padre lo había dejado atónito, pero no había tiempo para vacilar. Lo que más le dolía no era la alianza entre Sebastián y su progenitor, sino la certeza de que su padre había estado moviendo los hilos desde las sombras, controlando su vida, sus decisiones, y ahora estaba dispuesto a quitarle lo que con tanto esfuerzo había construido. Sin embargo, ese mismo golpe de revelación trajo consigo una claridad fría y calculadora: si quería mantener su imperio, debía tomar control de la situación y ser más implacable que nunca.
Helena lo observaba en silencio, esperando alguna reacción, alguna indicación de que el peso de lo que había dicho había hecho efecto. La atmósfera era grave, como si ambos comprendi