Alessandro se empujaba como un vaivén mientras gruñía, no solo se estaban despertando con la persona que le gusta sino también tenían sexo mañanero y muy delicioso.
Al terminar, Alessandro se tumba a su lado con la respiración acelerada, se voltea para besarla y una llamada los interrumpe, Ale le tapa la boca a Sam, espera un ratico a que su respiración se neutralice y contesta tranquilo.
—¿Aló? —Escucha la información y su ánimo cambio a preocupación—. De acuerdo, voy para allá. —Y corta la llamada.
—¿Sucedió algo? ¿Estás bien? —Se preocupa por él.
—Son cosas del trabajo —dice nervioso y besa su frente.
—Si quieres te acompaño. —Él se levanta y ella también.
—No es necesario nena, tú debes descansar, volveré lo más pronto posible para cuidarte, te quiero y no quiero que te llenes de estrés. —Besa su frente y se comienza a vestir.
—Está bien.
Alessandro estaba grave, pero Sam trataría de calmarse para poder ayudarlo, dos personas alteradas no iban a conseguir nada bueno sino solo dest