—¿Qué pasó ayer? —intento recordar.
—Esa es una excelente opción de película, es cómica, me gustaría verla de nuevo y contigo seguramente es mejor. —bromea y me hace reír.
—No Ale, hablo de verdad, ¿Qué sucedió ayer? —insisto.
—Nada de lo que debas preocuparte angelito, te cuidé muy bien, así que solo come y vístete —se levanta de su silla y besa mi frente.
Ale tarda en separar sus labios de mi piel y yo lo disfruto con los ojos cerrados, doy un suspiro complacida, pero luego siento un cosquilleo, mierda, lo quiero demasiado, y aunque se despegue me siento bien con su presencia.
—¿A dónde vamos?
Lo veo y lo examino, sus labios me hacen quererlo más a mí.
—Solo hazlo angelito, pro favor —exige con delicadeza.
—Vale, mandón —bromeo—, ¿Cuánto tiempo tengo para salir? —pregunto mientras empiezo a comer.
Está a punto de responderme, pero recibe un mensaje al que lee y luego su humor cambia.
—Solo come y arréglate, saldremos en lo que estés lista —responde irritado.
Hago lo que