—¿Deseas algo? —Agustín seguía preocupado por Sam, esta se niega y se levanta de ahí para irse a su habitación.
Podría perderse en aquella mansión, pero había bastante servidumbre que la podía ayudar.
***
—¡Aaaaah! —Se queja Holly a gritos, Lourdes la estaba castigando por haberse intentado escapar, aquellos gritos se escuchaban por todo el almacén.
A Estaban le gustaba Holly, por lo tanto, no quiso estar en el momento que la castigaran, Lourdes le había ordenado a él que la castigara, pero rechazó, lo que significa que después de que terminen con Holly, lo harán con él. Esteban entra a la habitación de Alessandro, no quería hacerlo, pero sentía que era su última opción.
—Por favor dime qué esos son gritos de mujer no son de Sam. —Se escuchaba débil y adolorido.
—Son de Holly… —responde él.
—¿Esteban? ¿Qué haces aquí? —Abre sus ojos y mira cómo se acerca a él.
—Aun te odio, pero jamás pensé que podría olvidarme de Sam hasta que vi a Holly, es tan hermosa esa chica que no puedo sacarla