••Narra Frederick••
Tres meses. Noventa días enteros viviendo una doble vida que se ha vuelto más enredada de lo que jamás imaginé. Charlotte Darclen, la hija del hombre que destruyó a mi familia, ahora era mi novia secreta. La ironía sería deliciosa si no fuera tan… complicada.
La observaba mientras extendía el mantel sobre la hierba en este parque discreto que elegí para nuestro picnic. No entendía como esta mujer acostumbrada a la vida de lujos, había aceptado mi fingida humildad durante estos tres meses. Tenia el cuerpo el rostro de una princesa mimada, pero no actuaba como tal.
Y no podía dejar de pensar en ello. Reía por cualquier cosa, como si fuera feliz con el simple hecho de estar conmigo, y no podía evitar sentir un pinchazo en el pecho ya que era cuestión de tiempo para que esa risa se transformará en llanto. Sonreía ante la brisa, por el simple queso que compré en el mercado. Pero ella… Ella se comportaba como si fuera la cena más fina en el restaurante más exclusivo. No