••Narra Frederick••
La mansión estaba en silencio cuando regresé. Podía sentir las miradas de mis empleados, viéndome con curiosidad. Muchos desaprobaban mi accionar con Charlotte, que la declarara la señora de la casa, porque yo me había encargado de pintarla de esa manera al divorciarme de ella. Jamás dije una palabra en su contra una vez que nos separamos, ni siquiera en las fiestas donde los conocidos intentaban incitarme a hacerlo. Pero que yo haya declarado en el juicio, donde di detalles sobre mi matrimonio fraudulento para atrapar a Klifor y después de eso, me haya divorciado de ella, le causó repercusiones en la opinión pública, y comenzaron a atacarla como si fuera conoce de su padre.
El reloj del recibidor marcaba la una de la tarde. Ya habían pasado más de veinticuatro horas y yo no había dormido nada. Pero cada minuto de cansancio valió la pena. Aquellos imbéciles ya no podrían lastimar a Charlotte ni aunque quisieran, ya que no se encontraban entre nosotros.
En estos m