Capítulo 48: Revelando la verdad.
No tuve más opción que girar sobre mis talones. Frederick estaba apoyando en el marco de la puerta, con sus brazos cruzados, viéndome con satisfacción.
Me tragué el temor que estaba alojado en mi garganta, haciendo que este se instalara en mi estómago. O era… ¿Mi hígado?
—Sí, si eres tan amable, ¿podrías abrir esta caja fuerte para mí? —Mi voz era la representación del sarcasmo.
No iba a dejar que me intimidara. Además, ya había incumplido una de las cláusulas, aunque tenía fe de no ser descubierta hasta después de encontrar los resultados.
Su sonrisa se ensanchó. Caminó con paso seguro en mi dirección y yo fui retrocediendo. Podía enfrentarlo verbalmente, pero era consciente que en el momento que nuestra distancia se acortara, perdería. Seguro trataría de dominarme como lo hizo en el piso del pasillo.
Y por más tentadora que fueran sus manos, no podía volver a caer ante la tentación.
Pensé que estaría molesto, que arremetía en mi contra, pero parecía un felino jugando con su co