••Narra Charlotte••
Intenté abrir los ojos, pero solo encontré una oscuridad absoluta, áspera contra mis párpados. Un trozo de tela gruesa me cubría los ojos, vendándome la vista. Intenté gritar, pero otro pedazo de tela, seco y áspero, me llenaba la boca, ahogando cualquier sonido. El pánico, instantáneo y cegador, me electrocuto.
Forcé a mi pesado cuerpo a moverse, percatándome de las ataduras que pellizcaban mis muñecas, mis piernas si estaban libres, pero eso no era de mucha ayuda.
¡Mis ojos estaban vendados, mi boca tapada y mis manos atadas!
Mi respiración se aceleró, al ritmo de los latidos de mi corazón. La realidad cayó sobre mí, ahogándome.
¡Estaba secuestrada!
Lo último que recordaba era estar en el baño y ahora… No sé dónde carajos estaba.
En un vehículo, obviamente, estilo furgoneta por el espacio. Pero me refería, ¿A dónde carajos me estaba llevando y quien era?
En medio del forcejeo y una mala cueva, me fui de lado, pero no llegué a tocar el suelo de la fur