Capítulo 20: Castigo y Placer.
Mis pies se movían por si solos al entrar en el ala de la mansión que me correspondía, Frederick me había despejado el camino para que los empleados no autorizados no me vieran entrar en aquella zona, ni en la mansión en general.
Era un misterioso dentro de esta mansión. Un secreto.
Porque a él no le es conveniente tener oculta a su exesposa en la mansión. Y a mí tampoco me conviene que sepan que soy la amante secreta de mi exesposo.
Aprovechando mi soledad, me eché en la cama y cerré los ojos. Mi cuerpo necesitaba recargarse después de tantos exámenes, tantas emociones, tantos conflictos. Era como si me hubieran exprimido como un limón.
Me dormí con los maullidos de Cenizas de fondo.
***
Al despertar, sentía el cuerpo ligero. La habitación estaba oscura, aunque yo no recordaba haber apagado la luz.
Me levanté, apretando el interruptor de la luz. Fui al baño y me cepillé los dientes. El estómago me rugía por el hambre. Y si yo tenía hambre, significaba que Cenizas también.
Fui a la