38. Tumbona, piscina y playa
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Seraphina
El calor del sol acariciaba mi piel mientras me recostaba en una tumbona junto a la piscina, los ojos protegidos detrás de unas gafas oscuras y un libro abierto en las manos.
Blake chapoteaba en el agua, nadando de un extremo al otro como si fuera un pez en su hábitat natural, de vez en cuando lanzándome una sonrisa para asegurarse de que lo estaba viendo.
Me limité a sacudir la cabeza con diversión y volví a mi lectura, disfrutando de la tranquilidad del lugar y del suave murmullo de las olas que llegaba desde la playa cercana.
Era un día perfecto. Cálido, brillante... una bocanada de aire fresco que sentía que necesitaba más de lo que había querido admitir.
Un movimiento a mi lado llamó mi atención, y bajé el libro para encontrarme con una joven empleada del resort, que sostenía una bandeja con un vaso alto adornado con una sombrilla colorida y una rodaja de naranja en el borde.
—Cortesía del hotel —anunció la chica con una sonrisa—. Es una bebida especial sin alcohol,