33. Lo sabía demasiado bien
33
Noelia
Me despedí de Seraphina cuando logré calmarla un poco. La dejé envuelta en una manta y con los ojos aún húmedos, pero al menos respirando sin temblar. Salí de su casa con el corazón palpitando de furia. Cada paso que daba solo aumentaba el fuego en mi pecho.
Me dirigí directo al edificio que le pertenece a Ryder Thorne. Ese idiota arrogante. Ese pedazo de basura con sonrisa encantadora.
¿Cómo se le ocurre?
Entré con paso firme y el ceño fruncido, dirigiéndome a la recepcionista sin titubear.
—Vengo a ver a Ryder Thorne.
Ella me observó con la típica mirada de “usted no está en la lista”.
—Dígale que su prometida está aquí —dije, alzando la barbilla.
Nada abre puertas como una palabra que despierte escándalos.
Subí sin contratiempos, el ascensor no podía ir lo suficientemente rápido para mi gusto. Cuando las puertas se abrieron, salí hecha un huracán. Ni me molesté en tocar. Entré directo en su oficina, la furia latiéndome en las sienes.
Él se levantó de golpe.
Llevaba una