Capítulo 43

Perseo refunfuñó. Apenas hacía un mes que había aparecido su lobo interior, y quería demostrar que podía ayudar a sus hermanos en la batalla.

—Galilea, cuéntame dónde las tenían a ustedes. ¿Dentro de la mansión o en el exterior?

—En una pequeña casa de madera.

—Supongo que en la noche están todas juntas.

—Sí, solo yo logré pasar dos noches con él. Él solo nos utilizaba. Llamaba a uno de sus hombres y nos traían dentro de la casa —de repente levantó la cabeza—. Me acordé de un desagüe de aguas que provienen de las lluvias y pasa por debajo del muro, desembocando en el río. Pero está tapado por dos rejillas, aunque se puede entrar y salir por allí. Ese desagüe queda cerca de la casa. Yo no lo utilicé porque salí a escondidas por el otro lado y me adentré en el espeso bosque.

Esa misma tarde, Maya llamó a Danna para informarle sobre las injusticias que se estaban cometiendo en la manada entrante. Maya se vistió con un traje negro ajustado al cuerpo.

En la noche, Perseo apareció con un to
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