Capítulo 20 ¿Solo amigos?

Siguió a Claudia montaña abajo. Ella caminaba con ligereza, bromeando con el guía, que los había esperado en la puerta de la escuela.

—Fray, así como vas, pareces un oso torpe. Igual que yo cuando llegué —dijo ella, volviéndose para burlarse.

Efraín se sintió avergonzado. Intentó imitar su paso ágil, pero una piedra casi lo hace caer. Fue entonces cuando se dio cuenta de que llevaba zapatos de vestir. Sintió un impulso violento de quitárselos y arrojarlos lejos.

—¿Ves aquello? Esa casita de piedra de allá es mi hogar. —Claudia señaló una construcción humilde.

A Efraín se le encogió el corazón. ¿Así que vives en un lugar como este?

—¡Hoy voy a comer como rey! ¡La comida del esposo de la maestra es de lo mejor! —El guía levantó el pulgar, mostrando sus dientes blancos. Efraín sintió el deseo de rompérselos.

A medida que avanzaban, varios aldeanos con trajes típicos saludaban a Claudia con efusividad. Hablaban en un idioma que Efraín no entendía, pero por la expresión alegre de ella, sup
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