Capítulo 30: Pagando un error desconocido.
Cuando el avión aterriza en Mykonos, Mateo siente que el infierno poco a poco comienza a abrirse paso en su vida. Ha llegado de noche, por lo que a esa hora no tiene caso que haga lo que tiene en mente.
Se va a un hotel para descansar, pero la noche se le hace eterna porque no puede pegar un ojo. Revisa el teléfono, donde los mensajes de Vania lo hacen apretar los puños, la muy descarada no se cansa de decirle que lo ama, cuánto lo extraña y que está pensando irse un día antes porque ya no soporta estar lejos de él.
—O porque seguro ya te viste con tu amante, maldita mujer mentirosa.
Se tira en la cama, mirando al techo y trata de ponerse esa máscara de absoluta frialdad. Nunca debió bajar las barreras con ella, nunca debió dejar que Vania se le colara tan dentro. Ella tenía que ser una más en su larga lista de conquistas, sin importar si le rompía el corazón, aunque eso era obvio que no iba a suceder porque ya tiene a otro hombre que la consuele.
Mientras, Vania se duerme con una