—¿Quién? —preguntó Anthony, acercándose un paso hacia él, dejando de lado momentáneamente la rivalidad. —Habla, Corbin. No tengo tiempo para tus juegos.
Héctor lo miró directamente a los ojos. En ese momento, no había desafío, no había burla, solo la verdad cruda que estaba a punto de revelar.
—Sofía fue solo una marioneta —dijo Héctor con seriedad. —El verdadero cerebro detrás de todo fue James Ross.
El mundo de Anthony pareció detenerse por un momento. Su tío, James, siempre había sido una figura enigmática, el hijo ilegítimo de su abuelo que había estado en las sombras durante años. Aunque era parte de la familia Ross, siempre había sentido que James ocultaba algo oscuro, pero nunca había imaginado que sería capaz de algo tan atroz.
—No puede ser —murmuró Anthony, negando con la cabeza. —¿James? No tiene sentido. ¿Qué ganaría él con atacar a Katherine?
Héctor dejó escapar un suspiro, como si esperara esa reacción.
—Poder, Anthony. James siempre ha estado celoso del control que tien