Katherine observó a Anthony avanzar con una determinación inquebrantable hacia donde se encontraban Kurt y Elizabeth. La expresión de Anthony era fría, y su porte infundía temor a cualquiera que osara interponerse en su camino. Esa sensación de inminente peligro se apoderó de ella, haciéndole comprender que los chocolates no eran un simple regalo.
Un escalofrío recorrió su espalda al recordar el resentimiento que Elizabeth sentía hacia ella. Era evidente que su rivalidad había llegado a un punto crítico. La idea de que los Mcfarland estuvieran detrás de algún tipo de trampa la inquietaba. ¿Qué más podrían estar tramando en un momento como este?
Katherine sintió cómo la tensión en el ambiente crecía, y se preguntó si Anthony habría identificado la amenaza antes que ella. Mientras él confrontaba a Kurt y Elizabeth, un nudo en su estómago le advertía que esta noche podía volverse peligrosa.
Sin poder evitarlo, miró hacia la caja de chocolates, preguntándose qué se escondía realmente tras