Mientras la velada continuaba, Katherine mantuvo la cabeza en alto, decidida a no dejarse intimidar por nadie. Cada murmullo y cada mirada de desprecio solo alimentaban su determinación.
Elizabeth observaba desde la distancia, con sus ojos afilados y llenos de rencor. A medida que Anthony se acercaba a Katherine, la rabia crecía en su interior. La sonrisa falsa de Elizabeth ocultaba su verdadero deseo de venganza.
Mientras los dos compartían un momento de complicidad, ella se preguntaba cómo podría arruinar esa noche perfecta para Katherine. Tomó un chocolate de la barra de bocadillos y lo metió en su boca, disfrutando del sabor dulce, pero su mente estaba llena de pensamientos oscuros.
Su mirada se fijó en Katherine, notando cada detalle: su porte erguido, la forma en que Anthony la miraba, y cómo parecía completamente ajena a los planes que había trazado. Elizabeth sonrió con malicia, convencida de que pronto tendría su revancha. Con cada bocado del chocolate, su rencor se intensifi