En el instante en que Valeria tragó la última gota de mi elixir, su transformación comenzó.
Un jadeo colectivo se alzó entre la multitud mientras su forma humana se retorcía.
Los huesos crujieron y se reacomodaron con chasquidos audibles que hicieron estremecer a varios de los presentes.
Su piel se estremeció mientras un espeso pelaje gris brotaba de sus poros, y en cuestión de segundos, su forma lupina emergió—pero no era su forma habitual, simple y olvidable.
Esta vez, su transformación fue impactante. Su cuerpo creció de inmediato, pasando de ser una loba gris común a una loba Gamma de élite, con habilidades de combate superiores.
Los músculos se marcaban bajo su pelaje plateado, sus garras se alargaron como cuchillas mortales, y sus ojos brillaban con un poder recién adquirido.
—Por la Diosa Luna. —Susurró alguien detrás de mí. —¡Miren su tamaño!
Suspiré internamente. Así que, otra vez, todo ocurría de la misma manera.
Luna gruñó dentro de mí, confundida y furiosa.
—¿Cómo es posibl