Un rato después, Harriet se encontraba descansando un poco después de bailar un par de piezas. Deseaba seguir hablando con Catherine, pero ella se encontraba ocupada atendiendo a los invitados; así que no le quedo otra opción más que esperarla.
Tomaba un vaso de limonada, cuando de pronto vio como un hombre aparecía ante ella.
—¿Me concede esta pieza? —le cuestionó de forma galante.
—Me temo que tengo que rechazar su oferta, estoy un poco cansada —se negó y es que había bailado tanto que sus pies le dolían, además de que se encontraba esperando a alguien más.
Frank, su novio, le había asegurado que estaría ahí esa noche y se sentía ansiosa por verlo.
—No puedes negarme un baile —le aseguro Arthur de pronto y de forma un tanto a la defensiva.