Isabella comenzó a temblar de pavor, era evidente que estaba a punto de ser descubierta, si es que ya no lo estaba, Mikel había cambiado drásticamente y no se veía muy contento. Ella intentó desviar la situación inteligentemente.
— Perdón, es tan pequeño y tierno, tan parecido a su padre… — ella fingió no darse cuenta, pero sintió el cambio en la actitud de Mikel y temió que la hubiera reconocido, ella podía representar una actuación brillante cuando se trataba de cualquier otra cosa, menos en lo relativo a su hijo.
El instinto materno truncado que llevaba por dentro, el amor que hacía mucho no podía brindarle a su querido Maty, y los deseos de volver a tenerlo junto a ella nublaban su capacidad para fingir, en cuanto a ese punto, su hijo.
Más le valía tener cuidado y no volver a mencionar al niño delante de Mikel, era