Capítulo 60. Siguiente movida
—A mi no me mires de ese modo, cachorro —gruñó Ber girándose hacia Marciel con los puños
apretados y con toda la intención del mundo de lastimarlo—. Es tu culpa que ellos estén aún
aquí, vivos y a solas con el viejo en aquella torre llena de la información de la que nadie puede
enterarse.
—¿¡Mía!? —espetó acercándose con furia hasta quedar frente a él—. ¿¡Me hice todos estos
golpes solo para que cedieras por la estúpida de tu sobrina!? ¡La idea inicial era culpar a esa
mujer de lo que “me hizo” y echarlos a ambos de aquí!
—¡Y lo hubiera echó si no hubieras armado todo un alboroto frente a Zacarías!
—Según la carta que enviaste, él estaría fuera de la ciudad y resultó que jamás salió del
pueblo. ¿Acaso estás tratando de engañarme? Porque te aseguro que a Oliver no le gustará
saber que su tío no está colaborando con todo esto.
Los dientes de Ber se apretaron haciendo la tensión en su mandíbula visible, estaba enfadado y se sentía impotente, Oliver era un demonio y si quería q