— Por favor…deja de llamarme asi. — repetía — Señorita — me llamaba— Mi señorita… — Déjame ir … — mi voz se tornaba en una suplica — No…eres mi señorita Violet de 23 años una aspirante a chef profesional, se vera envuelta en un apasionado romance con el CEO de su trabajo, quien tendrá que luchar contra todo y todos para mantener a su lado a su señorita, bien dicen que se llega al corazón de un hombre a través del estomago ¿Podrá su amor mantenerlos juntos? — Quisiera pretender que no te necesito....
Leer más—¡Eres tan poca cosa para mi hijo! ¡No sé cómo fue que se casó contigo!
Un fuerte golpe se escuchó, seguido de aquellas palabras. —¡Suélteme, señora!Ashley intentó liberarse del agarre de su suegra. El cuero cabelludo de la mujer ardió, mientras sentía como eran jalados sus cabellos. Débora la soltó con un fuerte empujón haciendo que chocará contra el sillón a su lado. Los ojos de la menor empezaron a escocer a causa del dolor y la humillación recibida. No solamente le dolía la cabeza, sino que, además, tenía la mano de su suegra estampada en el rostro. —¡Qué te quede claro que no permitiré que mi hijo siga contigo!—la amenazó la mujer, antes de tomar su fina cartera y marcharse de su casa dando un sonoro portazo.La joven no se imaginó que al abrir la puerta de su hogar, se encontraría con aquella señora tan enfurecida. Era la primera vez que veía a su suegra, la primera vez que cruzaban palabras. Sin embargo, aquello le bastó para desear no volver a verla lo que le restaba de vida. Su matrimonio con Angelo se había dado a escondidas. Ambos se habían casado, huyendo de la renuencia de sus familias, pero convencidos de que su amor era lo suficientemente fuerte como para superar cualquier obstáculo. Realmente, Ashley llegó a creer en el cuento de amor perfecto. Eran como Romeo y Julieta a su parecer, sin embargo, no tenía idea de lo desubicada que estaba respecto a eso. Porque el hombre que creía que la amaba, no era más que un farsante. Luego de renunciar a su posición económica, la joven debía trabajar para ayudar a mantener su hogar. Esa tarde, regreso un poco más temprano a casa debido a que la tienda de ropa dónde trabajaba había decidido cerrar antes. Ashley iba pensando en lo que le prepararía a su marido para cenar, sin imaginarse que Angelo estaba degustando de otro tipo de cosas. Un gemido la sobresaltó cuando cruzó la puerta de entrada…«¿Eso qué fue?», se preguntó en su mente, evitando pensar mal. «Quizás es la televisión», concluyó con convicción, encaminándose a la recámara matrimonial. Sin embargo, jamás se imaginó lo que encontraría en esas cuatro paredes. El mundo a su alrededor pareció detenerse, mientras veía como aquella mujer de rostro desconocido, cabalgaba a su marido. La imagen era digna de una película porno, una vulgar película si le preguntaban. Sus ojos se humedecieron ante lo que veían y una lágrima traicionera se escapó de los mismos. Eran muchos sentimientos mezclados a la vez: decepción, rencor y tristeza. —¡Angelo!—chilló queriendo encontrarse a alguien más en aquel lecho. Quizás se trataba de una pareja que se había metido a su casa sin permiso, quiso pensar, inclusive por un minuto su mente quiso engañarse con eso. Pero no. La realidad era completamente distinta. El hombre en cuestión alzó el rostro para encontrarse con su esposa. Lejos de la reacción que Ashley hubiese querido, Angelo se mostró orgulloso. Y aquella mujer de pelo rojizo no detuvo sus movimientos, por el contrario, su danza se intensificó haciendo que los gemidos fuesen estrepitosos. —¡Oh, sí!—la susodicha parecía estar en pleno orgasmo, mientras el rostro de su marido se desfiguraba por el placer recibido. Los dos parecían disfrutarlo demasiado. Sin poder creer semejante descaro, Ashley estalló, acortando la distancia en dos grandes zancadas y tomando a la mujer por sus rizos rojos. Le jalo el pelo con tanta fuerza que en sus manos quedaron varios mechones. —¡Suéltala!—exigió Angelo, saliendo a socorrerla. —¡Maldito! ¡¿Cómo pudiste?!—despotrico golpeándolo en su ancho pecho. Era un desgraciado. —¡Basta!—exigió el hombre dándole un empujón que le hizo caer al suelo. Ashley no podía creer que la hubiese agredido, aquello era demasiado para su desecho corazón, el cual se rompía más y más con cada segundo. —¡Eres un desgraciado! ¡Te odio, te odio!—Pues da lo mismo, Ashley—hizo como si su rencor no le importara—. Creo que esta fue la forma más efectiva de pedirte el divorcio. ¡Por favor, lárgate de mi casa!—¡¿Qué?!Realmente aquello era el colmo, era él quien le era infiel y se atrevía a exigirle algo como eso. Simplemente, su descaro era demasiado. —¡De ninguna manera! ¡Serás tú el que se largue!—gritó de vuelta. —Te equivocas, Ashley—el hombre sonrió de manera perversa. Inclusive la mujer a su lado se atrevió a soltar una estridente carcajada, que le provocó náuseas—. La casa ya la vendí. Así que tendrás que irte sí o sí. Aquello la tomó por sorpresa, haciendo que sus ojos se abrieran desmesuradamente. «¡¿Qué la había vendido?! Eso no podía ser verdad, si la casa era de ella», pensó renuente a creer tanta maldad de parte del hombre al que amaba. —No puedes estar hablando en serio—murmuró de pronto en voz muy baja. Toda aquella situación empezaba a superarla, era como una espantosa pesadilla de la que ya deseaba despertar. Inclusive, disimuladamente, llegó a pellizcarse con la esperanza de que todo esto no fuera real. Pero lamentablemente todo era tan real, tan real como el sol que había salido esa mañana y tan real como su corazón roto que parecía imposible de reparar. Todo dolía tanto, que no pudo evitar derrumbarse. Ashley lloró, mientras empuñaba las manos, clavándose las uñas en su palma. Un segundo después, se puso de pie y se abalanzó al ataque de aquellos que habían osado destruirla. Porque así era como se sentía, destruida. El escándalo que se presentó en aquella residencia fue tanto que los vecinos tuvieron que intervenir. En cuestión de media hora, la policía los tenía a los tres arrestados, en una comisaría, esperando a que dieran explicaciones de lo ocurrido. —No hay mucho que decir, oficial. Este tipo de aquí, usó nuestra casa como motel para acostarse con esta zorra. Así que como comprenderá, las cosas no podían ser más pacíficas—explicó Ashley, deseando terminar con esto pronto. Ansiaba con locura irse de allí cuánto antes, pero no solamente quería irse de la estación de policía, sino que deseaba poner mar y tierra de por medio. No quería volver a ver a Angelo Westler en su vida…Cuando veo a mi esposo jugando con nuestros hijos, no puedo evitar sentirme enormemente feliz por todo lo que tengo, nunca, ni en mis mas locos sueños, imagine que tendría todo esto, un esposo amoroso, dos hermosos hijos, una carrera en ascenso, me siento como en la mas hermosa fantasía, no podría pedir más. — Deberías venir con nosotros — me llamaba Howl desde la piscina. — Me convencieron — entre con ellos y ayudaba a Hortense que nadaba con sus flotadores puestos. Los niños reían y jugaban con nosotros, Howl bebé tiene casi tres años ahora, habla muchísimo, aunque no se le entiende mucho, sigue yendo a la guardería todavía, está por entrar el jardín de niños, por la tarde esta con mis padres o a veces con mis suegros, mi suegro en especial adora cuidar de los niños, tanto de los míos, como los de Rose y también de las gemelas de Jolyne, las cuales son preciosas, son como pequeños clones de mi hermano. En cuanto a mi trabajo, el restaurante ha conseguido muy buenas críticas
Jolyne: Hay muchas cosas que siempre jure que no haría en mi vida, nunca quise casarme o tener hijos, aunque mis padres llevan una buena relación, me di cuenta de que, en la realidad, muchas parejas terminan odiándose, yo tuve parejas a las que odie. La vida me bendijo con un bueno cuerpo, pero muchos hombres solo me vieron como un par de buenos senos y buen trasero, nadie me tomaba en serio y sufrí mucho. Mi primer novio lo tuve en la preparatoria, pensaba que era el amor de mi vida que íbamos a casarnos y ser felices eternamente, la vida me dio un duro golpe de realidad, después de que le di mi virginidad desapareció, no volví a verlo más, llore muchísimo, yo tenia apenas 16, pensaba que todos los hombres eran iguales, por eso nunca los tome en serio, me divertía con ellos, tomaba relaciones esporádicas que en su mayoría se basaban en lo pasional y luego me iba, así vivía y me funcionaba a medias, todavía tenía un vacío emocional, pero pensaba que de esa forma al menos me aseguraba
Mi vida ha sido un sube y baja de emociones siempre, nunca pensé que podría encontrar el amor verdadero en mi trabajo, estaba muy idealizada a que terminaría casado con alguien del barrio y que ahí continuaría mi vida, todo cambio cuando el atractivo CEO de la empresa donde trabajaba entro a mi vida, con sus hermosos ojos azules, el cabello castaño y una sonrisa de ensueño, vino a transformar todo lo que conocía, me enseño lo que es amar de verdad, muy pocas cosas he agradecido a la vida, pero sin duda que Howl llegara es algo de lo que puedo agradecer bastante. Tenemos dos maravillosos hijos, nuestro segundo hijo nació en diciembre, poco antes de navidad, era un saludable niño al que llamamos igual que su padre: Howling, yo di a luz después que Rose, ella tuvo también un varón, nuestros hijos solo se llevaban apenas unos meses de diferencia. Al principio fue un poco difícil adaptarnos al ritmo del nuevo bebé, dormía demasiado y a veces tuve que despertarlo para que comiera, me preoc
Estos últimos días han sido muy buenos para mí, terminamos de mudarnos a la casa de Santa Mónica, nuestra hija es feliz con su nueva habitación, además de que su abuelo la lleno de juguetes así que tiene una casita para jugar en el patio, la vigilamos cuando sale ahí por miedo a que caiga en la piscina, aunque Howl le ha estado enseñando a nadar los fines de semana, él ya volvió al trabajo, así que por las mañanas me quedo en casa con la niña. La fiesta en casa de mis suegros fue un completo éxito, me hizo feliz que mi hermano volviera con Jolyne, todos vimos desde la ventana cuando ellos hablaban en los rosales, les deseamos buena suerte en su relación, se les ve muy felices, incluso salieron en una revista hace un par de días, los vieron durante una cita en el centro de Los Ángeles. — Vamos, amor, vamos a sorprender a papá. Le coloque los zapatos a Hortense, salimos de casa y la coloque en el auto, Howl quiso comprarme uno para evitar que estuviera usando el tren con la niña, n
Cuando llegamos a casa de mis padres fuimos bombardeados con preguntas, preguntaban sobre porque me veía más llenita así que les dimos la noticia antes de que la supieran en la reunión familiar, como no puedo ocultarle nada a mis padres les contamos el plan que teníamos con mi suegro, mi madre no se sorprendió, ella sabia ya del tema por boca de James, Hortense de inmediato se aferro a su padre, mientras ellos jugaban me quede en la cocina con mis padres, note que ya tenían cajas de mudanza armadas.— Mi suegro me dijo de la casa en Santa Mónica, me alegro mucho por la noticia.— No queríamos aceptar — dijo mi padre—, pero llegamos a un acuerdo, me siento muy en deuda con él, había traído su auto a revisión y…— ¿Qué paso? — pregunte al ver preocupación y tristeza en el rostro de mi padre.— Alguien se dio cuenta de la presencia del carro en el taller, entraron una noche y se llevaron todo — completo mi madre—, tratamos de averiguar quienes fueron, pero nadie supo darnos i
Nuestra luna de miel fue maravillosa, a pesar de que no pude realizar varias actividades debido a mi embrazo, la pasamos muy bien, conocimos muchos lugares de la isla que son verdaderamente preciosos, así que todo el mes que pasamos aquí fue increíble, al irnos nos dimos cuenta que mi vientre ya comenzaba a verse ligeramente mas hinchado, fuimos al médico estando aquí y nos confirmo que tenia casi tres meses de embarazo, como no tenía el estrés de mi primer embarazo por ocultarlo, supongo que el bebé quiso hacer acto de presencia antes.La mañana en que salíamos de regreso a Los Ángeles, nos encontrábamos armando las maletas, el padre de Howl nos llamo temprano para decirnos que iría a recogernos al aeropuerto, que no le dijéramos a nadie que hoy volvíamos, quería realizar algo y necesitaba de nuestra ayuda.— ¿De que crees que se trate? — pregunte a Howl.— No lo sé, mi padre es muy reservado en varias cosas — me ayudaba a abrochar mis zapatos.— Espero que no sea nada malo,
Último capítulo