Fue una maravillosa celebración, creo que no había pasado un día tan feliz como el de esa noche, Howl estuvo hasta el anochecer, ayudo a mis padres a recoger las cosas, incluso llevo cajas de vuelta a mi casa, volvimos cerca de las nueve de la noche, mi madre estaba ya cansada así que lo mejor fue regresar.
— Gracias por la ayuda, Howl — le dijo mi madre—, quédate a cenar
— ¿No es una molestia? — pregunto él.
— Para nada, entra muchacho— le insto mi padre al darle una palmada en la espalda.
Yo me conduje a la cocina para ayudar a mi padre con la comida, cuando mi madre se encontraba ya cansada, era mi papá el que cocinaba para nosotros, mis hermanos ayudaban a Howl a guardar las mesas en la cochera, en el acto le iban contando sobre algunas otras festividades, también le comentaban sobre cosas que me gustaban, que cosas no.
— Son muy pocas cosas las que no le gustan— exclamo riendo bajo— a diferencia de mí, que soy como un niño mimado
— Eso es porque vives en un am