Capítulo 55

Nadia.-

Una parte de mí se quedó en esa casa, en el fondo tenía un deseo egoísta, que ella recuperara la memoria para así tenerla conmigo.

— Hemos llegado al sitio que me pidieron.

El capitán de barco que habíamos alquilado para buscar la siguiente pista del tesoro, me sacó de mis pensamientos, cuando me giré Emil estaba sentado con la mirada fija en mí.

Desde que salimos de Constanza me encerré, no quería hablar del tema, si lo hacía me arrepentiría y él me apoyaría a cometer un acto mezquino.

El barco se mecía provocándome que el estómago se me revolviera, desde hace días comenzaba a sentir mi cuerpo un poco extraño, con cierto cansancio, pero tenía que seguir necesitaba recuperar a mi hermano de las garras del maldito de Yuri.

— ¿Aquí encontraremos la escultura?

— Así es, la escultura de la guardiana del abismo, protege estas aguas desde hace siglos –comenta el capitán, Emil y yo cruzamos miradas –no mucha gente conoce la historia o busca ver la escultura.

— Soy historiadora
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