40. Espero que cumplas tu promesa
40 espero que cumpra suas promessas
Mi cerebro parece congelarse. Podría inventar una excusa o intentar reírme con ellos, pero no sale ningún sonido de mi boca.
Todos en la mesa están esperando, algunos con sonrisas divertidas, otros claramente curiosos.
—Creo que… —empiezo, pero mi voz titubea. Respiro hondo y carraspeo, intentando recomponerme—. Creo que fue… una broma que salió mal.
—¡Esa estuvo buena! —exclama Alec, riendo—. Ethan, básicamente dijo que no vales ni eso.
—¿Seguro que fue solo una broma, Mia? —replica Ethan, con tono irónico, mirándome fijamente mientras da otro sorbo a su café.
Mi corazón se acelera. ¿Qué está intentando hacer?
—Claro que fue una broma sin gracia —respondo, forzando una sonrisa—. Jamás pondría en riesgo mi trabajo.
—Menos mal —comenta él, finalmente desviando la mirada.
Respiro aliviada cuando Alec vuelve a hacer chistes sobre las marcas en el cuello de Ethan.
Mis mejillas aún arden de vergüenza mientras él bromea sobre la gatita vampira que marcó a