“Mia Bennett”

“De vuelta a la realidad”, pienso mientras ordeno los papeles en mi escritorio por tercera vez en menos de una hora.

El aire acondicionado helado de la oficina debería ayudarme a concentrarme, pero el recuerdo de la última vez que vi a Ethan sin camisa se niega a abandonar mi mente.

—Esto es ridículo —murmuro, sacudiendo la cabeza mientras dejo los papeles a un lado—. Vamos, Mia, tú puedes. Solo mantén la distancia y concéntrate en el trabajo.

—¿Necesitas que lleve eso? —pregunta Gabriel, acercándose y señalando los contratos que acabo de revisar.

—No, tranquilo —respondo rápidamente. Lo último que quiero es que parezca que estoy evitando a Ethan—. Yo misma lo llevo.

Forzando una sonrisa, agarro los contratos y respiro hondo antes de caminar por el pasillo. Mis manos están heladas y aprieto los papeles con tanta fuerza que, si la carpeta no fuera de plástico, seguro estaría arrugada.

Intento ignorar el calor que sube por mi rostro mientras toco la puerta.

—Pasa —