106. rompiendo todas las reglas
Mi corazón se detiene un segundo hasta que caigo en que el fogonazo viene de un cartel de neón que parpadea al otro lado de la calle.
Suelto el aire que ni siquiera sabía que estaba conteniendo y Ethan me aprieta la mano; seguro que ha notado cómo me he puesto rígida.
—¿Estás bien? —pregunta, alzando una ceja.
—Sí —respondo, forzando una sonrisa—. Solo… me he asustado un momento.
—Tranquila, perdición —dice, siguiendo con la mirada la dirección del destello.
—¿Qué es eso? —pregunto, intrigada por el cambio en su expresión.
—Una de las discotecas más conocidas de Seattle.
—Hmm —me muerdo el labio, algo cortada—. Nunca he ido a una.
—¿Nunca? —abre los ojos, sorprendido.
—No he tenido muchas oportunidades —me encojo de hombros—. Y desde que estoy en Chicago… bueno, Tori me ha invitado alguna vez, pero trabajar contigo no deja demasiado tiempo libre.
Ethan me observa un instante y una sonrisa traviesa se le dibuja en la cara.
—¿Te apete?
—¿Ahora? —se me abren los o