100. un nuevo ciclo
Clavo la mirada en Miranda, negándome a apartarla primero. No por orgullo, sino porque estoy harta de sentirme menos cada vez que me escanea de arriba abajo.
Harta de preguntarme si de verdad pinto algo aquí.
—Buenos días, señorita Bennett —saluda con su sonrisa de plástico, parándose delante de mi mesa.
—Buenos días, señorita Pierce.
—He oído lo de ayer. Debe de haber sido… complicado.
—¿Ya corren rumores por Nexus? —pregunto, esforzándome por sonar neutra. Suelta una risita burlona.
—¿Rumores? Ay, cielo, no… soy una de las mejores abogadas de Nexus, ¿recuerdas? —pincha, con ese tonito de superioridad—. James me pidió que llevara en persona el caso contra tu padrastro.
El estómago se me revuelve al oír «padrastro» en su boca. Maravilloso. Como si todo lo de ayer no bastara, ahora Miranda va a saber hasta el último detalle.
—Pero de todo lo que me enteré, lo que más me chocó fue saber que Ethan también estaba allí —prosigue, borrando la sonrisa—. Jamás imaginé que una simple