—Te aman, Dylan siempre lo ha hecho, y Daniel... bueno, lo puedo ver. Sé que vas a estar bien con ellos. Vas a ser feliz. Te lo mereces después de todo lo que te hicimos pasar. Por eso, Rebel, lo siento. Te prometo que vamos a hacerlo mejor. —dijo y le apreté la mano.

—¿Entonces no te parece raro que esté con los dos? —no pude evitar preguntárselo, tal vez por pura curiosidad. Se rio y negó con la cabeza.

—No, para nada. Si eres feliz y ellos te hacen feliz, entonces eso es lo único que importa. —dijo y le sonreí.

—Gracias, papá. De verdad me importa. Aunque trates de hacerlo mejor, ya pasó. Es cosa del pasado. Sigamos adelante, ¿vale? —le dije. Él asintió con la cabeza, luego apartó la mirada mientras se secaba los ojos. Tosió para ocultar la emoción que sentía.

—Voy a ver a Luna, y después creo que vamos a volver para ver a Victoria. Román está muy mal. Rodri, él y yo somos víctimas en todo esto, aunque él lo es más por culpa de su padre. Victoria y Domingo van a tener mucho trabajo