—Mi nombre es Domingo Fuentes —Qué mierda mi vida.
Era Domingo Fuentes, el abuelo de Daniel. Vaya, mi vida se había ido completamente a la mierda. No solo acababa de perder a mi mejor amigo, quien secretamente me había amado sin decir nada, sino que ahora tenía al abuelo del hombre que estaba protegiendo sentado en mi sillón favorito con sus matones.
—Un placer conocerlo. ¿Por qué está aquí? —quería saberlo para asegurarme de que no fuera una amenaza para su nieto. La familia no significa nada, como había aprendido.
—¿Sabes sobre esta cacería? Sé que lo estás protegiendo, así que te lo agradezco. Pero sé quién quiere muerto a mi nieto —guardé mis armas y él me hizo un gesto para que me sentara. Qué generoso, considerando que esta era mi casa, o al menos lo fue hasta que lo arruiné todo. Típico de la jodida Rebel.
—¿Quién? —le pregunté, tratando de ser lo más educada posible. Pero en mi trabajo no hacíamos preguntas, solo cazábamos y matábamos. Así que tener que hacer esto era, una vez