—No voy a mentir. Me siento un poco molida y dolorida. Pero nada que no sane con el tiempo. Todo saldrá bien, Ángel. Ya lo verás. ¿Tienes alguna imagen de la ecografía del nuevo integrante de esta familia loca? —preguntó, y yo rebusqué en la carpeta del embarazo, saqué las imágenes de la ecografía y se las entregué.

Se le llenaron los ojos de lágrimas al verlas.

—Bellissimo. Antonio, mira a tu futuro nieto —dijo mientras se secaba las lágrimas.

—Ohh, mira eso —comentó él mientras Rebel le explicaba lo que estaba viendo, señalándole la cabeza, las piernas y los brazos. Iba a ser una gran hermana mayor. Apoyé una mano sobre mi vientre con ternura. La sorpresa ya había pasado y sonreí. Una mano grande cubrió la mía, y al levantar la mirada vi a Ryder sonriéndome.

—Lo haremos, Ángel. Todo será perfecto —dijo mientras se arrodillaba frente a mí y besaba mi vientre—. Hola, pequeñito. Pórtate bien con tu mami. Estamos ansiosos por conocerte. Ya eres muy amado. Siempre te protegeré, a ti, a tu