“No hay descanso para los malvados”. Dijo ella mientras me besaba.
La ayudé a ponerse de pie, enseguida volvió a ponerse a dirigir dónde quería que fuera cada cosa. Esa noche caería rendida, de eso estaba seguro.
“Entonces, ¿hay alguna novedad sobre el resto de las Viper?” Me preguntó Blaze.
Yo negué con la cabeza, teníamos equipos revisando todos los lugares donde solían tener casas seguras, pero estaban vacíos. Donde sea que se hubieran ido, sabíamos que estaban esperando el momento justo para atacar. Los Moretti habían desplegado a sus hombres por toda la ciudad y en el complejo, por si acaso.
Gianni, Marco, Vinnie y su mujer, Emma, estaban allí, manteniendo la seguridad al máximo. Según ellos, debían asegurarse de que todos estuvieran a salvo. Al principio lo tomamos como algo personal, pero entendimos: la heredera de la familia DeNucci y mi pequeña princesa estaban allí, y su seguridad era lo primero. Mis hombres eran suficientes para protegerlas, pero esos refuerzos ayudaban muc