“Ángel, cariño. Estás demasiado cerca de esto. No hablas en serio.”
Giré la cabeza hacia mi madre y le sostuve la mirada, ninguna de las dos cedía, hasta que al final, fui yo quien se rindió, por aburrimiento.
“Lo digo en serio, mamá. Ya me han causado demasiado dolor y de cualquier forma, voy a atrapar a los Viper, si estoy de buen humor, puede que decida mantener vivos a los Príncipes de la Oscuridad. Esa es mi decisión. Ahora mismo, quiero mi maldita, jodida venganza.” Exclamé mirándola, causando que ella cerrara los ojos lentamente, negando con la cabeza.
“¿Y qué quiere Rebel? ¿Quiere que su papá muera?” Me espetó.
Oh, ahora estaba retrocediendo, después de darles siete malditos días o se enfrentarían a la aniquilación. ¡Qué hipócrita!
“¿Pensaste en Rebel cuando le ofreciste esos términos? ¿Cuándo sabías que él no cumpliría y acabaría muerto? No, no lo hiciste. Así que cállate y no metas a mi hija en esto, porque yo sí hago por ella.”
Se levantó y golpeó el escritorio con las ma