¡Dos semanas! Dos malditas semanas de reposo en cama y Amelia estaba harta. Había llegado a saber que Santiago había intentado matarla. Por qué, no tenía ni idea, ya que Dameron no respondería a esa pregunta, pero su sentido le decía que probablemente lo hizo para fastidiar a Dameron.
Después de ser dada de alta, Dameron la había mantenido en su habitación. Incluso había hecho todo lo posible para asegurarse de que no saliera de la cama, mudándose a su habitación con ella.
Semanas atrás se habría deleitado con este nuevo paso suyo, pero ahora no quería nada más que librarse de él.
"¿Dónde está mi marido?" le preguntó Amelia a Doris mientras esta ponía su bandeja del almuerzo frente a ella.
"En una reunión en su estudio", respondió la anciana sirviéndole a Amelia otro de los horribles tés verdes que Dameron le había ordenado tomar.
"¿No puedo simplemente no tomar el té verde otra vez?" gimoteó Amelia.
"Solo por hoy", dijo Doris cediendo.
Amelia se comió su almuerzo y decidió ponerse al