Amelia finalmente estaba de vuelta aprendiendo y eso era más que cualquier tipo de felicidad que jamás hubiera deseado. Mucho había sucedido dentro y fuera de la escuela, pero estaba agradecida de que Dameron la dejara volver, a pesar de que la había amenazado literalmente para que regresara a sus estudios.
Había terminado su primera clase del día y ya se sentía irritada. Mirar la larga fila de la cafetería de la escuela solo la irritaba más. Se dio la vuelta y recordó la pequeña cafetería que ella y Layla habían planeado visitar una vez que estuviera en funcionamiento. Con nostalgia, entró en la cafetería para pedir unos sándwiches y un café con leche.
Mientras esperaba su pedido en paz, una voz familiar interrumpió sus pensamientos tranquilos.
"Mira a quién tenemos aquí. Nunca pensé que tú o tu amiga aparecerían. Es un honor tenerte aquí."
Amelia gimió interiormente por su mala suerte de ser siempre demasiado amigable. Era Santos. Amelia le dedicó una pequeña sonrisa que no venía de