Capítulo 8
Cuando el último paciente de la mañana se retiró, Gabriel se quitó la bata blanca, se lavó las manos y tomó su celular para hacer una llamada.—Salgo en un momento.

La voz al otro lado de la línea sonaba entre el bullicio. Era Mateo, hablando con su habitual tono escandaloso.

—¡Gabriel! Ya me vine al comedor con los demás. Esa supuesta sobrina tuya lleva un buen rato esperándote afuera. Como casi nunca viene, llévala a comer algo rico por ahí, ¿no?

Gabriel, que ya se dirigía a la puerta con el celular en la mano, se detuvo justo antes de girar la manija, mostrando confusión.

—¿Sobrina?

—¡Sí, hombre! La chica guapa que vimos en la disco anteanoche. ¿No te dijo tío o algo así?

Mateo continuó, mientras de fondo se oía un ligero alboroto.

—¡Oigan, no empujen! Te iba a buscar para avisarte, pero ella no me dejó. Dijo que no quería molestarte mientras trabajabas, así que se quedó esperando afuera. Muy considerada ella.

—Bueno, ya me toca pedir. Mejor apúrate y llévatela a comer. A esta hora s
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP