La tensión de Regina se disipó y asintió.
—Claro.
***
Para evaluar el estado del paciente y garantizar tanto la seguridad como el éxito de la operación, era necesario realizar una serie de estudios preoperatorios.
Por eso, Mateo y Gabriel programaron la cirugía para diez días después. Mateo no tardó en darle la buena noticia a Regina, agradeciéndole por su ayuda.
La fecha de la operación coincidía con el día anterior a que Regina empezara su nuevo proyecto. Así que decidió ir a la clínica a esperar que Gabriel terminara para poder invitarlo a comer.
Hacía mucho que no pisaba una clínica, y ver al personal médico pasar con sus batas blancas le trajo malos recuerdos. Incluso el olor a desinfectante le provocaba malestar.
Tomó el ascensor y se dirigió a la zona de quirófanos.
Doña Elvira esperaba afuera, carcomida por la angustia. En cuanto vio llegar a Regina, se secó de prisa los ojos enrojecidos y la saludó con respeto.
—Señorita.
Regina le entregó una bolsa con el desayuno que le habí