Regina llegó a casa y se dejó caer en el sofá, sintiéndose agotada. Al repasar los eventos del día, pensó en Gabriel y luego en Sebastián, su mente era un caos. Recordó que ahora su relación con Sebastián era pública y que eso seguro le afectaría.
Rápidamente, tomó su celular y volvió a ver sus redes sociales. Tenía la bandeja de entrada y la sección de comentarios repletas de mensajes.
Abrió los mensajes directos y vio que la mayoría eran de odio e insultos. Ya había pasado por algo así antes, así que ahora soportaba más que la última vez.
Luego revisó los comentarios.
[Por tu culpa, Emilia dejó de seguirlo. ¿No sabes lo importante que era ella para nuestro ídolo?]
[La señorita Salas y él son la pareja perfecta].
[Él es de todas nosotras. ¡Muérete, Regina!]
[Las fans compramos muchísimas de tus joyas, ¿y así nos pagas? ¡Engañando a nuestro ídolo y traicionándonos! ¡Devuélvenos el dinero!]
[Pobre Emilia. Me enteré de que gastó más de cien mil dólares en tu tienda. Y en el escándalo de