Regina vio que él también tenía la cara golpeada. El moretón que le rodeaba el ojo le pareció ridículo. Lo ignoró, cerró la puerta a sus espaldas y se dirigió hacia el elevador. Gabriel la siguió. Pero ella se detuvo en seco y se dio la vuelta para encararlo.
—¿No te quedó claro lo que te dije ayer? —dijo, con la cara seria, recalcando la última palabra con un tono hiriente—. ¡Cuñado!
Gabriel mostró su enfado, sacó su celular y, tras buscar un momento, le mostró la pantalla.
Regina bajó la vista y le echó un vistazo rápido. Vio que la cuenta oficial de Corporativo Axis había publicado un comunicado donde él afirmaba estar soltero y negaba cualquier tipo de relación con Mónica.
De pronto, entendió por qué varias personas que no la contactaban casi nunca le habían escrito para encargarle joyas y, de paso, darle sus felicitaciones.
Así que era por eso.
Se rio con amargura. Levantó la mirada y sonrió con ironía.
—Veo que no entendiste nada de lo que te dije.
Gabriel la observaba en silen