Regina se enteró por Andrea de que Maximiliano había recibido una paliza y estaba en el hospital. Después de darle la noticia, ella comentó con satisfacción:
—Seguro hizo alguna de sus porquerías y se encontró con alguien que no se la iba a dejar pasar. ¡Qué bueno!
Pero en seguida recordó que, por muy basura que fuera, seguía siendo el hijo de la señora Valderrama. Y como era tan considerada, no era correcto que hablara así. Cambió de tema.
—Pero bueno, no te preocupes, no creo que se muera. Seguro en unos días sale del hospital. Al menos vas a estar tranquila un rato.
Mantuvo una actitud tranquila.
—No estoy preocupada por él.
Incluso, sentía un poco de satisfacción.
Andrea revolvió con el popote su jugo. Después de pensar un momento, preguntó con curiosidad:
—Pero ahora que lo pienso, ¿quién se habrá atrevido a pegarle? Con el poder que tienen los Valderrama, muy pocos se animarían a buscarle problemas, ¿no crees?
La imagen de un hombre apareció en la mente de Regina, pero la desechó