Capítulo 315
Regina y Maximiliano acababan de entrar al restaurante y justo al sentarse le sonó el celular.

Lo sacó y vio que era la abuela de Gabriel.

—Señora.

—¡Regi, me torcí el pie!

Su expresión cambió con sutileza.

—¿Hay alguien con usted para que la cuide?

—Sí, aquí están, pero no puedo comer. ¿Crees que podrías traerme una hamburguesita y pollo? Y también ese frappé de uva que tomamos la otra vez. Llevo días sin antojo de nada, siento que vivir ya no tiene chiste.

Se quedó sin palabras. Sabía cuál era la intención de la anciana, pero en ese momento, prefería mil veces ir al hospital que quedarse ahí.

—Claro que sí, abuela. Voy para allá.

Después de colgar, levantó la vista hacia Maximiliano.

—Pasó algo. Vas a tener que comer solo.

—¿Desde cuándo tienes abuela?

Ella no le respondió. Tomó su bolso y se levantó para irse.

La observó marcharse con una actitud pensativa y, en cuanto desapareció por la puerta, sacó su celular para hacer una llamada.

***

Regina pasó a un McDonald's y a un KFC a com
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