Capítulo 298
Se bajó para abrir la puerta.

El celular de Gabriel se había quedado sin batería, así que fue Regina quien llamó para preguntar por el número de la habitación. Una vez que lo supieron, subieron juntos.

Cuando encontraron el cuarto, él tocó la puerta.

Se abrió y la abuela los recibió con una sonrisa radiante.

—¡Ya llegaron!

Regina pensaba que la abuela estaba muy mal. Incluso le preocupaba que él no alcanzara a despedirse. Sin embargo, al ver a la anciana sentada en la cama, con un semblante bastante bueno, respiró aliviada.

—¿Cómo está la abuela? —preguntó Gabriel.

Silvia no tardó en dar el discurso que ya tenía preparado.

—Hoy tu abuela se empezó a sentir mareada y con un dolor en el pecho, así que la traje de urgencia. El doctor dice que por su edad, pues su corazón ya no está bien y no hay mucho que hacer. Nos pidió que la cuidáramos mucho y que intentáramos que no se quede con ningún pendiente en el tiempo que le queda.

Gabriel extendió la mano.

—Dame el expediente para verlo.

Silv
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