Capítulo 277
Al cuarto día de su visita, Gabriel recibió una llamada urgente del hospital. Un niño que había sido trasladado necesitaba cirugía, y esperaban que él la realizara.

Regina estaba comiendo con él en el restaurante cuando recibió la llamada. En cuanto colgó, ella tomó la decisión por él.

—¡Ve!

Gabriel guardó el celular en su bolsillo y la miró con reproche.

—¿No que te gusto? ¿Por qué no te da ni un poquito de tristeza que me vaya?

Ya estaba cansada de que tuviera la costumbre de recordarle a cada rato que le gustaba. Lo mismo hizo anoche mientras estaban juntos, y aunque al principio la avergonzaba, ahora lo escuchaba sin inmutarse.

—Eres médico. Salvar vidas es tu responsabilidad.

Él se mordió la lengua.

—No es eso lo que quiero escuchar.

Ella sabía lo que él quería escuchar, pero una confesión solo se hace una vez. Él la había rechazado, y no volvería a dar el primer paso.

—Compra tu boleto, el del vuelo más próximo. En cuanto terminemos de comer, te vas.

Hizo una pausa y, bajo la mir
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