CAPÍTULO 66 — Llamado de emergencia.
Al ver a Camila en el suelo, Alex sintió un nudo en la garganta y un peso abrumador en el pecho. Sus piernas temblaban mientras descendía las escaleras corriendo, con el miedo y la desesperación latiendo en su pecho. Se arrodilló a su lado, su corazón latiendo con fuerza mientras tomaba su mano, sintiendo el frío de su piel y su débil pulso.
—¡Camila! ¡Camila! —gritó con desesperación sacudiendo la suavemente, pero no obtuvo respuesta.
Las lágrimas brotaron de sus cristalinos ojos mientras luchaba por contener un sollozo. Se culpaba a sí mismo por lo que había sucedido, recordando cada momento en el que había lastimado a Camila, cada palabra hiriente y cada acto de egoísmo.
Se sentía como el peor de los monstruos, incapaz de proteger a la mujer que amaba; y se maldijo a sí mismo por haber caído en la venganza ciega, por no haber sido lo suficientemente valiente para enfrentar sus propios miedos y demonios.
Ahora, todo lo que quería era que Camila abriera los ojos y lo mirara, para ten