Capítulo 37

Rato después, la niña fue llevada de nuevo a la sala neonatal y Manuel se acercó a verla a través del cristal. Alex se detuvo detrás de él y lo observó embelesado con aquella criatura. Luego se recostó contra su espalda y miró a la nena por un costado de él, quien con su estatura y corpulencia hacía ver a Alex muy pequeña, porque le alcanzaba apenas por debajo del hombro.

—¿Ya la tuviste en brazos? —preguntó ella con una sonrisa.

—Si…

—¿Y qué tal?

—Fue como tú dijiste, algo que no se puede definir ni explicar, pero es como un vínculo invisible, te juro que esa pequeñita se sentía como una prolongación de mí. Fue…inexplicable.

—Me alegra. Ahora ya no tendrás dudas sobre si serás un buen padre. Simplemente tu instinto te guiará para hacer lo mejor. Por supuesto que cometerás errores, solo eres humano aunque actúes como robot, pero saldrás adelante. Aprenderás en el camino. Estoy segura de que estarás bien.

Manuel se volvió a mirarla a los ojos y vio un brillo extraño en ellos.

—Alex… ¿c
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