Reflexiono sobre toda la noche, pero me cuesta hacer memoria. En lo único que puedo pensar es en cuánto hace que no me tomo las pastillas y en las probabilidades que hay de que esté preñada. Intento dejar a un lado la preocupación y recordar algo, lo que sea, de lo que sucedió anoche. Recuerdo lo de Jackson, pero no pienso contárselo. Entonces me viene a la mente el musculitos baboso de la coleta, pero eso tampoco voy a contárselo. Me encojo de hombros. No hay mucho que pueda decir sin que Nick se ponga hecho una furia. Por favor, no, no puedo estar embarazada.
—Venga, chica. —Derek me toma de la otra mano y empieza a acariciarme la palma con el pulgar —. Intenta hacer memoria.
—No recuerdo nada raro —digo de manera clara y concisa, resistiendo todavía la tentación de juguetear con mi pelo—. ¿Por qué están haciendo una montaña de esto? —Apoyo la cabeza de nuevo sobre la almohada y me arrepiento al instante. Siento como si tuviera un rodamiento de hierro traqueteando dentr