—Ya sabes que no.
Sonríe.
—¿Sigo siendo tu dios?
Me sonrojo y le lanzo una mirada asesina al mismo tiempo.
—Eres un dios arrogante —murmuro.
Me toma de la nuca con la mano, me acerca a él y me da un beso en la boca de los de caerse de culo. A pesar de que estamos en público, lo dejo hacer. Como siempre, mi mente se queda en blanco y el mundo desaparece. Sólo existen Nick y su poder sobre todo mi ser. Me engulle, me atrapa, me posee...
Cuando por fin me suelta, miro a los demás, muy avergonzada por mi demostración de afecto sin tapujos. Me encuentro con un coro de expresiones de asco ante nuestra cursilería, y alguien se lleva los dedos a la boca como si fuera a vomitar. Es Nick. Lo miro, sonríe y me rodea con sus brazos.
—Son lo peor —sentencia Lucas—. Aquí está la comida, así que se acabaron las cursilerías.
Todo el mundo se abalanza sobre su plato, incluido Nick, y charlamos y nos reímos mientras comemos. No se me pasa por alto que de vez en cuando Derek y Mark lanzan m