¿Que no hay ningún hombre? Hay un hombre y es el que me tiene pasando el calvario emocional, pero para este tipo de conversaciones necesito a Nina o a Lucas, no a una desconocida. Y una copa de Vino.
Me dedica una sonrisa comprensiva y se levanta.
—No valen la pena.
Le devuelvo la sonrisa, pero sólo porque me alegra que vaya a marcharse ya.
—Ya hablaremos... para salir de copas. —Sale volando de la oficina y me deja con el calvario emocional que sabe que estoy pasando.
Le escribo un e-mail de inmediato. No quiero que vuelva por la oficina ofreciéndose para salir de copas. Me va a estallar la cabeza. Necesito a Lucas y necesito vino.
Pero no voy a casa. Salgo de la oficina y me dirijo a los muelles de Santa Catalina porque Mr. Sexo es como un imán. Le dije que no iba a abandonarlo y necesito respuestas a preguntas como quién es la mujer misteriosa.
—Buenas noches, Addison.
—Hola, Clive, ¿me pones con seguridad, por favor?
—Ahora mismo no hay nadie disponible —dice, y fija la atenc