Erick ha dejado a Victoria tirada en numerosas ocasiones cuando otro tío le ha lanzado una mirada prometedora.
—Aun así, la semana tiene siete días, podrías haber elegido otro. ¿Y de quién se trata? —
Remueve su piña colada y hace todo lo posible por aparentar aburrimiento.
—El amigo de un amigo —dice.
Me alegra ver que parece sincera y que ha superado su historia con el airoso Drew. Esa relación no tenía ningún sentido.
—Ah, ahí está. —Se levanta—. ¡Nos vemos!
Se dirige hacia un tipo bastante normalito de mediana estatura que está en la barra y ambos se saludan con un beso incómodo en la mejilla y un apretón de manos. Ella le dice algo al oído y él asiente antes de marcharse. Hacen bien. De lo contrario, estaríamos toda la noche observando el progreso de la cita y Erick no pararía de criticarlos.
—Vaya —resopla él—. ¿Qué os ha parecido?
Nos pasamos la siguiente hora riendo, charlando de todo un poco y bebiendo. Es estupendo. Esto me recuerda por qué tengo que dis