Capítulo 111 —Recuerdos íntimos
Narrador:
Roman regresó al jardín con el ceño levemente fruncido, como si no hubiera logrado despejar la mente, pero forzándose a retomar el rol de anfitrión. Sus pasos eran firmes, medidos, como siempre. Cuando se acercó a la mesa, Sasha lo miró enseguida.
—¿Y el postre?
Él parpadeó, un instante descolocado.
—¡Ah, perdón! Recibí una llamada y olvidé decirle a Amalia que lo trajera.
Sasha lo miró con una ceja levantada, ese gesto que ya empezaba a parecerse demasiado al de él.
—¿Te llamaron justo ahora?
—Fue algo del trabajo —respondió con naturalidad —Nada importante.
Ella no insistió. No era una ni*ña, pero tampoco se detenía mucho cuando algo le interesaba más que una respuesta vaga. Se levantó con agilidad y recogió su vaso.
—Voy yo —dijo, ya caminando hacia la casa —Seguro Amalia está en la cocina. Si se olvidó, no va a perdonárselo.
—No se lo olvidó —murmuró Aylin, mientras Sasha se alejaba.
—Lo sé —respondió Roman, sentándose otra vez, sin tocar